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Como ya señalábamos en el apartado dedicado a la época medieval, la mayor parte de las torres que se levantaron en esa etapa, corresponden a los siglos XIV- XV, y son símbolos de ostentación, del poder que los diferentes linajes nobiliarios locales ejercían en las aldeas del valle. En su dimensión práctica, estas edificaciones servían como lugar de residencia al tiempo que su carácter defensivo, materializado en la robustez de los muros y en la escasez de vanos, responde a la turbulencia de estos siglos, en los que se producen encarnizados enfrentamientos entre los distintos linajes nobiliarios, motivados por razones económicas y de preeminencia social, y conocidos como luchas banderizas. Las torres mejor conservadas son las siguientes:



Torre de Lezana

Torre de Lezana

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Torre de Villasana: Podemos retrotraer su origen hasta la segunda mitad del s. XIII, época en la que, probablemente por orden de Sancho Sánchez de Velasco, miembro del linaje de los Velasco, tiene lugar la construcción de una muralla que cercaba la puebla medieval de Villasana. Se encuentra rebajada ya que le falta el remate almenado en el piso superior. Sus muros presentan el mismo espesor –1,40 m– de abajo arriba, elemento que refrenda el carácter primitivo de la construcción, anterior al s. XIV. Contaba con su propia cerca o barbacana, de la que no quedan vestigios salvo el arranque del paño sur. Desde 1949 cuenta con la consideración de Bien de Interés Cultural con la declaración genérica de Castillo.

Torre de los Velasco

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Torre de Maltranilla: Según el Catastro del Marqués de la Ensenada (1753), a mediados del s. XVIII la torre pertenecía a la familia Coloma. Se encuentra rebajada ya que le falta el característico almenado que remata la parte superior de este tipo de construcciones. Cuenta con dos entradas, localizadas en las fachadas suroeste y noreste respectivamente. Presenta algunos vanos apuntados y saeteras y en el último piso, a modo de galería formada por pequeñas ventanas corridas y protegida por una cornisa, se encuentra el palomar.